Soy de los raros. Al menos eso me dice mi hermana todos los días. Soy de los que escuchan podcasts y audiolibros en el coche en lugar de Scooby Doo Pa Pa. Soy de los que se acuesta máximo a las 10 para poder levantarse temprano a entrenar. Soy de los que prefiere no salir un viernes por la noche para poder terminar este artículo a tiempo. O de los que se llevan barritas de proteína a los antros con tal de no romper la dieta.
A algunos les parecerá “raro” o tal vez algo exagerado u obsesivo de mi parte. A algunos les molesta el simple hecho de que salga sin tomar nada de alcohol. El punto de esto no es decirles que mi forma de hacer las cosas esta bien o mal. O decirles que esta bien o mal salir y escuchar reguetón. Todo eso esta perfecto si es que les gusta hacerlo y es lo quieren hacer.
Soy de los raros. Al menos eso me dice mi hermana todos los días.
El punto aquí es decirles que no necesitan el permiso ni la aprobación de nadie. No necesitan que nadie, ni sus papas, ni sus amigos, ni sus novi@s estén de acuerdo con lo que están haciendo. No necesitan que alguien les diga que esta bien. No importa cuantas personas piensen que son “raros” al hacerlo.
Cualquier meta que tengan, los va a llevar a hacer cosas que los demás no entienden o no comparten. Los va a hacer cambiar algunos comportamientos y reinventarse cada día buscando mejorar. Y vengo a decirles algo, esta bien.
Esta bien no comerte el pastel de la oficina, aunque todos te digan que un pedacito no hace daño.
Esta bien no estudiar lo que esperaban tus papas e irte por un camino totalmente distinto.
Esta bien no salir de antro un sábado por la noche porque quieres estudiar y/o practicar esa habilidad que tanto buscas y anhelas.
Esta bien empezar ese proyecto, aunque todos te digan que no va a funcionar, que no estas listo, o que no tienes la experiencia necesaria para llevarlo a cabo.
Me di cuenta de algo… Todos queremos pertenecer. Es algo que tenemos muy incrustado en nuestros cerebros. Antes, si no eras parte de la tribu, era lo mismo que estar muerto. Por esta razón, no soportamos estar fuera de la tribu. Podemos llegar a cometer acciones inimaginables con tal de pertenecer a algún grupo o de no ser sacado del mismo.
Lo que me parece muy curioso de todo esto, es que hacemos y decimos cosas que no van en línea con nosotros mismos con tal de pertenecer, pero al mismo tiempo admiramos a la gente que no lo hace.
Admiramos a la gente que no hace lo que los demás esperan de ellos, sino realizan lo que quieren, aun si esta en contra de lo que creen los demás.
Admiramos a los grandes atletas, que pasaron horas y horas puliendo su arte a solas, y que tomaron grandes sacrificios para poder llegar a donde están.
Admiramos a aquellos emprendedores que no salieron los fines de semana, ni tomaron una vacación en años, con tal de lograr ese sueño que alguna vez tuvieron.
Es increíble como admiramos a este tipo de personas, pero no estamos dispuestos a hacer lo mismo que ellos para poder conseguir lo que queremos realmente, y terminamos ocupando el rol que los demás esperan de nosotros.
La gente espera que actúes de cierta manera y hagas ciertas cosas en tu vida. Cuando te sales de este molde les molesta. Y quiero decirte, que no es tu trabajo complacerlos. Es mas, es imposible hacerlo. En cualquier punto de nuestra vida, siempre falta algo para los demás.
Estamos solteros, nos preguntan para cuando la novia.
Tenemos novia y nos preguntan para cuando el anillo.
Y una vez casados, nos preguntan que para cuando los hijos.
Todo esto como si fuera un manual. Como si hubiera instrucciones de cómo debemos vivir la vida. Es lo que conocen. Es lo que entienden. Cualquier cosa fuera del mundo que tienen en la cabeza les molesta, les incomoda. Lo único que puedes hacer es lo que tu crees correcto y te aseguro que la gente correcta llegara a tu vida.
admiramos a la gente que no lo hace.
Oprah Winfrey lo tenia todo. Tenia fama, dinero, grandes círculos sociales, pero había algo que había estado descuidando, su salud. Al haber subido mucho de peso, ello decidió tomar control de esta situación y hacer algo al respecto. Empezó una dieta, a hacer ejercicio y comenzó a perder mucho peso, pero no solo eso, también empezó a perder muchos amigos.
Así es, muchas personas dejaron de llevarse con ella en el momento en que ella decidió hacer cambios en su vida y en sus hábitos. En el momento en que ella dejo de hacer lo que los demás esperaban de ella, los demás la sacaron de la tribu. El sobrepeso de Oprah los hacia sentir mejor consigo mismos. Les daba la excusa perfecta para no hacer nada al respecto con sus problemas. Cuando ella dejo de ser lo que los demás esperaban, dejaron de hablarle. Dejaron de estar con ella porque dejo de llenar el molde y la imagen que sus “amigos” tenían de ella. Pero Oprah sabía algo que saben las personas exitosas.
Cualquier cosa fuera del mundo que tienen en la cabeza les molesta, les incomoda.
No necesitas su permiso. No necesitas actuar como esperan los demás. No necesitas pertenecer a ninguna tribu. Siempre habrá nuevas que te harán crecer como persona y te aceptarán tal y como eres.
Atrévanse a empezar ese proyecto que todos te dicen que no va a funcionar.
Atrévanse a bailar como si nadie pudiera verlos.
Atrévanse a no ser como los demás por tener miedo a no ser bienvenido dentro del grupo.
Atrévanse a ser llamados “raros”.
Y vivan su vida bajo sus propias condiciones y expectativas, no las de los demás.
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