El Waze marcaba 1 hora para llegar a casa. Algo común para los días viernes en Ciudad de México. En ese momento, lo único que queda por hacer es tomar un gran respiro, bajar las ventanas del coche y poner tu mejor playlist o un buen podcast para el camino de regreso a casa.
Después de 20 minutos con Mel Robbins dándome consejos de vida, comencé a pensar en los planes que tenía para ese fin de semana. La respuesta fue como un golpe al hígado. No tenía absolutamente nada planeado. Otro fin de semana viendo series y quizá una comida con la familia (si es que alguien más la organiza).
En realidad, no siempre me molesta mucho eso, pero me di cuenta que, si no soy invitado a algún lado o a algún evento por alguien, nunca hago nada. Es decir, dejo toda mi vida social en manos de otras personas. Y por momentos, más de los que me gustaría aceptar, mi vida social no ha sido lo que quisiera.
Comencé a pensar en los planes que tenía para ese fin de semana. La respuesta fue como un golpe al hígado.
Si es algo que me importa, y estoy seguro que así es, YO DEBO HACER ALGO AL RESPECTO, YO DEBO HACERME RESPONSABLE.
Yo debo ser el que propone ir al boliche en el grupo de amigos de WhatsApp.
Yo debo dar ideas para ir a comer a algún lado distinto con la familia.
Yo debo comenzar a conocer a potenciales parejas y tener citas.
En ocasiones es complicado. Mis días entre semana, al menos por ahora, son ir al gimnasio a las 5 de la mañana, bañarme en el gym y salir directamente al trabajo, regresar a casa y comenzar a preparar todo para el día siguiente.
Y sí, podría decirme a mí mismo que no tengo tiempo por ahora. Pero, ¿sabes qué?Hacer eso no va a solucionar absolutamente nada. Lo único que puedo hacer en realidad es determinar cómo quiero que sea vea mi vida social y realizar una ingeniería inversa hasta donde me encuentro el día de hoy y poder dar ese primer paso.
¿Qué ha sucedido desde ese momento? Comencé a hablar con más gente en el gimnasio. Algunos días es el único lugar donde veo gente nueva y tengo que aprovecharlo para conocer a más personas. Esta semana ya quedé con alguien para entrenar y luego irnos a desayunar juntos.
Definitivamente, mi vida social aún no está donde me gustaría, pero puedo decir que estoy haciendo algo al respecto y he comenzado a dar pequeños pasos. Por más chiquito que sea este primer paso, puedo decir que estoy progresando.
En mi caso, la parte social siempre la he dejado en manos de otras personas. Pero, ¿qué área de tu vida estás dejando tú?
Puede ser tu entrenamiento. Si tu amiga no se despierta para ir al gimnasio, pues ya no vas.
Puede ser tu alimentación. Si en casa no se están cuidando, pues comes lo que hay y ni hablar.
Puede ser tus finanzas. Aceptas lo que ganas actualmente y nunca buscas un ascenso o emprender algo propio.
Puede ser tu relación de pareja. Esperas que tu pareja haga planes y nunca hacen cosas que a tí te gustaría hacer.
Si es algo que me importa, y estoy seguro que así es, YO DEBO HACER ALGO AL RESPECTO, YO DEBO HACERME RESPONSABLE.
Hay algo de lo que estoy seguro, o al menos, así es en mi caso. Las áreas de mi vida en las cuales no dejó nada en manos de nadie, como mi entrenamiento y mi alimentación, son aquellas en las que me encuentro más pleno y más contento con los resultados que tengo.
Si te importa esa parte de tu vida, sin importar cuál sea, es momento de hacerte responsable, es momento de no dejar nada en manos de nadie. Es tu vida y solo tú puedes dar los pasos necesarios para hacer de ella lo que tu quieres que sea.
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